Uno de cada cuatro piensa que los productos no se etiquetan adecuadamente y
más de la mitad cree que los establecimientos hosteleros no toman las
precauciones necesarias
Comer es un acto
placentero. Sin embargo, para algunas personas se puede llegar a convertir en
algo desagradable e incluso peligroso. Son los alérgicos e intolerantes a los
alimentos. Aunque es difícil concretar el número exacto de personas que padecen
estas enfermedades, los expertos aseguran que en los últimos 15 años los casos
se han duplicado.
De hecho, hoy en día, se reconoce que las
alergias e intolerancias alimentarias son un tema fundamental en la seguridad e
industria alimentaria. De ahí que EROSKI CONSUMER haya querido conocer cuáles
son las dificultades que encuentra este colectivo en su rutina diaria a la hora
de hacer la compra y cuando salen a comer fuera de casa. Para ello, la revista
entrevistó entre finales de marzo y primeros de abril a más de 1.100 personas
que sufrían una o ambas dolencias o que tenían a su cargo a familiares que las
padecían. Todos ellos procedían de 17 comunidades autónomas: Andalucía, Aragón,
Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla La Mancha, Cataluña, Comunidad
de Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Islas Baleares, La
Rioja, Murcia, Navarra y País Vasco. Un 88% de ellos sufría alguna alergia o
intolerancia alimentaria (o las dos), mientras que el resto tenía alguna
persona a su cargo con alguna de estas dos dolencias.
Retrato de una dolencia
Tres de cada cuatro personas entrevistadas
eran mujeres y tenían una edad media de 36 años. Por grupos de edad, la mayor
proporción de encuestados tenía entre entre 40 y 49 años (un 27%), 30 y 39 años
(un 25%), y 50 años o más (un 20%). Solo un 11% eran menores de 10 años, un 5%
tenía entre 10 y 19 años y otro 12% de 20 a 29 años. La mitad de los
encuestados eran intolerantes a algún alimento (aluden especialmente a la
lactosa, al gluten o a la fructosa), el 31% eran alérgicos (generalmente
mencionan la leche y sus derivados, los frutos secos, las frutas o el huevo) y
el resto compartían las dos enfermedades.
Se comprobó que las alergias e
intolerancias afectan de distinta forma según la edad. Un 68% de los menores de
10 años se declaraban alérgicos, al igual que el 47% de los entrevistados con
edades comprendidas entre los 10 y los 19 años. Esta proporción disminuye con
la edad, a diferencia de las intolerancias que aumentan: un 62% de las personas
encuestadas de 20 a 29 años eran intolerantes a algún alimento, así como más de
la mitad de los mayores de 30 años entrevistados.
Desconfianza e inseguridad
En la encuesta queda clara la desconfianza
e inseguridad de los participantes a la hora de comprar y salir a comer fuera
de casa.
En primer lugar, uno de cada cinco
entrevistados siente que habitualmente no puede hacer la compra con total
seguridad en cualquier establecimiento y un 37% solo a veces. Es más, uno de
cada cuatro piensa que los productos nunca se etiquetan de manera adecuada.
Comprar resulta tedioso y difícil y reclaman una información lo más detallada y
legible posible.
Asimismo, para tres de cada cinco
encuestados salir a comer fuera supone un riesgo para su salud. Y es que al
pedir el menú más de la mitad de los encuestados opina que en hostelería nunca
se toman las precauciones necesarias: avisar sobre la posible presencia de
alérgenos en los platos, detallar al máximo los ingredientes en sus cartas y
menús, evitar la contaminación cruzada en el almacenamiento y manipulación de
los productos, y disponer de útiles de trabajo exclusivos para los menús
infantiles. De ahí que exijan más formación en el ámbito de la hostelería en
materia de alergias e intolerancias alimentarias.
Buenas prácticas
La Fundación Vasca
para la Seguridad Agroalimentaria (Elika) proporciona recomendaciones para
hacer más fácil el día a día de un alérgico o intolerante alimentario:
- En la
compra...
- Leer la
etiqueta, teniendo cerca el listado de alimentos a los que se es alérgico
o intolerante.
- Ante
la duda, evitar la compra de ese producto.
- Si es
celíaco, buscar aquellos alimentos en cuya etiqueta figure la leyenda
"sin gluten" o "apto para celíacos".
- Durante
el cocinado y la manipulación de alimentos...
- Cocinar
primero la comida del alérgico/intolerante para evitar contaminaciones
cruzadas.
- Manipular
cuidadosamente los utensilios y mejor si son exclusivos para el alérgico
o intolerante.
- No
usar aceite utilizado para freír otros alimentos que puedan contener el
alimento o ingrediente al que se es alérgico o intolerante.
- Higienizar
todas las superficies de trabajo.
- Almacenamiento
hermético de los alimentos especiales en la nevera y en los armarios.
- Fuera
del hogar...
- Eliminar
totalmente el alimento de la dieta, tanto el alimento en sí como los
distintos productos que lo puedan llevar como ingrediente.
- No
tomar el alimento si no se conoce con certeza si incluye el alérgeno o
ingrediente que provoca la intolerancia.
- Cuidado
con alimentos elaborados (masas, bechamel, caldos para sopas y sopas, pan
rallado, etc.) que pueden contener el que produce alergias e
intolerancias.
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